El Foro Económico Mundial es una organización sin fines de lucro conocida mundialmente por la organización de un encuentro anual en la ciudad suiza de Davos, que congrega a más de 2500 líderes de casi 100 países, incluyendo a miles de funcionarios públicos, empresarios, académicos y miembros de la sociedad civil. Este año, durante cuatro días a finales de enero, los participantes se congregaron para tomar contacto con las problemáticas sociales, económicas y políticas que desafían al mundo, como la salud, el medio ambiente y el crecimiento sustentable, entre otros, en una serie de entrevistas abiertas, paneles y sesiones de debate.
Durante la última edición del Foro, titulada “La Reformulación del mundo: consecuencias para la sociedad, la política y los negocios”, distintos representantes de empresas y gobiernos centraron su atención sobre un concepto presentado como “superador” de la sustentabilidad: la economía circular, un abordaje regenerativo que se caracteriza por desacoplar el crecimiento de las limitaciones en materia de recursos, anticipando un mundo que añadirá tres billones de consumidores a las clases medias en los próximos 15 años.
La economía circular es una filosofía de organización de sistemas inspirada en los seres vivos, que persigue el cambio de una economía lineal (producir, usar y tirar) hacia un modelo circular, tal y como ocurre en la naturaleza. Para ello, divide los componentes de los productos en dos grupos generales: nutrientes biológicos y técnicos (biological and technological nutrients).
Los nutrientes biológicos son biodegradables y se pueden introducir en la naturaleza después de que su valor de uso ya no sea rentable. Ejemplos de esto podrían ser tejidos de algodón, materiales plásticos biodegradables (ácido poliláctico, PLA), ésteres orgánicos (jabón), etc. Los nutrientes técnicos hacen referencia a los componentes tecnológicos que son poco aptos para los seres vivos y, por ello, son reutilizados una y otra vez sin entrar en la naturaleza. Estos componentes se diseñan para poder ser ensamblados y demontados un gran número de veces, favoreciendo la reutilización de materiales y el ahorro energético.
Al participar de un panel, Ellen MacArthur, fundadora de la Fundación MacArthur, explicó que “la economía circular abre el camino para reconciliar las perspectivas de crecimiento y participación económica con la prudencia ambiental y la equidad. Es una concepción que está inspirando cada vez más a CEOs, políticos, ingenieros, diseñadores y la nueva generación de líderes”.
La Fundación Macarthur es pionera en el análisis de la temática, desde la publicación en 2012 de “Hacia la Economía Circular: razones económicas y comerciales para una transición económica acelerada” (Towards the Circular Economy: Economic and business rationale for an accelerated transition), un informe que concluyó que gran parte del sector de manufactura europeo podría ahorrar unos 650.000 millones de euros de aquí al 2025, si rediseñara sus sistemas productivos de acuerdo con la economía circular.
[pullquote]Varias empresas de alcance global están incorporando el concepto de economía circular a la forma en que llevan adelante sus negocios.[/pullquote] Los está ayudando a diseñar productos innovadores, desarrollar nuevas políticas de servicios y testear nuevas formas de recuperar materiales de productos redundantes como viejos teléfonos celulares.
Heineken, por ejemplo, está desarrollando prácticas circulares en toda su cadena de valor. “Comenzamos este camino como respuesta a presiones de grupos ambientalistas, pero rápidamente aprendimos que tenía sentido pensar holísticamente sobre todo lo que hacemos, desde el tratamiento del agua que usamos y conservar energía hasta la compostación de la levadura y reciclar botellas y latas de aluminio”, dijo François van Boxmeer, Director Ejecutivo y Presidente de Heineken.
Debido a la triplicación de los precios de los commodities en los últimos 10 años, empresas y gobiernos están reconociendo esto como una oportunidad de manejar la volatilidad de los costos de producción, en tanto esta perspectiva desliga el crecimiento económico de la oferta limitada de recursos primarios. Las industrias manufactureras, en particular, podrían reducir sus costos de materia significativa adoptando un modelo de negocios circular.
En este mismo sentido, los informes presentados en el Foro aseguran que los costos de los smatrphones podrían reducirse en un 60 por ciento si se repiensa la forma en la que se producen y desechan. En Davos también alabaron los beneficios de modelos de negocios innovadores como los de Airbnb y Zip Car.
Otro aspecto central de esta filosofía reside en utilizar fuentes de energía renovables, en detrimento de los combustibles fósiles y nucleares. También propone establecer precios que reflejen los costos reales de producción para favorecer el consumo racional y el desarrollo de alianzas entre empresas con el fin de maximizar la posible reutilización de los productos y/o sus componentes.
El pensamiento científico de vanguardia también se está moviendo rápidamente de lo linear hacia lo circular. La próxima novedad es lo que Neil Gershenfeld, Director del Centro para Bits y Atomos del Masachussets Institute of Technology (MIT) describió como materiales análogos. Estos incluyen información digitalizada que les permite desarmar los elementos que inicialmente formaron parte de la fabricación para hacerlos reutilizables.
Se trata de incorporar un enfoque restaurativo, en el que los productos sean diseñados y comercializados de manera tal que los componentes y materiales puedan ser reusados muchas veces. En Davos también fue presentado el “Proyecto Mainstream”, una iniciativa del Foro Mundial que busca trabajar con las compañías para desarrollar la economía circular a través del manejo de materiales, tecnologías de la información e innovación en los modelos de negocios.
[pullquote]“La economía circular es una oportunidad que la industria no puede dejar pasar”[/pullquote], dijo Sir Ian Chesire, Director Ejecutivo de Kingfisher. “Puede impulsar la próxima generación de innovación y crecimiento comercial, proteger a los negocios de la volatilidad de los precios, darnos ventajas competitivas y ayudar a desarrollar mejores relaciones con los consumidores y proveedores”, agregó.