La creciente demanda eléctrica de Sudamérica está siendo afrontada mediante diversas fuentes energéticas, pero principalmente por la creciente quema de combustibles fósiles en las usinas termoeléctricas, tan contaminantes y degradantes del medio ambiente.
En este escenario, la búsqueda de energías alternativas y renovables se torna imprescindible. Por esto, en diferentes países se apuesta cada vez más fuerte a la energía hidroeléctrica, eólica, solar y a la biomasa. Pero además de estas fuentes alternativas, diferentes grupos de investigación, en conjunto con organismos gubernamentales, están apostando a la obtención de electricidad de las ondas marinas.
Esta energía, conocida como undimotriz, cuenta con un gran potencial para los países sudamericanos con extensas costas como Argentina, Chile y Brasil. Actualmente, en el mundo hay algunos emprendimientos en funcionamiento en países con importante tradición marina como Dinamarca, Noruega, España y Portugal.
En 2012 se instaló una planta piloto de 50 Kw en el puerto brasilero de Pecem, en el estado de Ceará. El proyecto, llevado adelante por el Instituto Coimbra de Postgrado e Investigación en Ingeniería (Coppe) de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), se encuentra en desuso desde hace un año, y se estima que en 2017 volverá a entrar en funcionamiento. Por otro lado, la institución está trabajando en un nuevo prototipo a instalarse en tierras fluminenses que entrará en funcionamiento este año. Esta planta, que estará ubicada a 14 kilómetros de la playa de Copacabana, tendrá una capacidad instalada de 100 Kw.
En Argentina, un grupo interdisciplinario de investigadores de la Facultad Regional Buenos Aires de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN BA) está desarrollando un dispositivo para transformar la energía undimotriz en energía eléctrica. En este momento, están finalizando el prototipo a escala 1:10 (diez veces más chico), paso previo a la construcción del equipo final, que se instalará en la escollera del puerto de Quequén, provincia de Buenos Aires.
El dispositivo está constituido por un cuerpo cilíndrico donde se aloja el sistema electromecánico, unido a dos brazos de palanca que tienen una boya adosada en su extremo. Las boyas flotan pero también tienen su propio peso. Entonces, cuando la ola atraviesa el dispositivo, la boya va a tender a subir, y cuando la ola se va, va a tender a bajar por su peso. Ese movimiento acciona un generador de energía eléctrica, que se trasladará hacia la costa mediante un cableado, hasta una estación transformadora y distribuidora de energía. En el caso del prototipo, a modo de demostración del funcionamiento del dispositivo, los cables que salen del generador están conectados a una caja que contiene unos pequeños leds que se prenden al mover las palancas.
El próximo paso, que será realizado en marzo o abril, consiste en probar el prototipo, para luego abocarse a la estimación de costos del equipo a escala real.
En Chile, hay diversos proyectos experimentales que buscan demostrar que la energía undimotriz podría ser una atractiva fuente energética. Un sistema desarrollado por dos jóvenes ingenieros (Emilio de la Jara y Gastón Dussaillant) promete proporcionar energía a pequeña escala (hasta 7 kW por unidad) a bajo costo a localidades costeras que no están conectadas a la red eléctrica. El proyecto denominado Orbital Wave Energy obtuvo el primer premio en el concurso de emprendimientos Ají Challenge.
En los próximos meses instalarán un prototipo comercial en la zona central y uno demostrativo en la región de Antofagasta.
En la misma dirección, una investigación de la Facultad de Ingeniería de Universidad de la República determinó que en Uruguay es posible generar energía eléctrica con el movimiento de las olas. Los ingenieros del Instituto de Mecánica de los Fluidos e Ingeniería Ambiental comenzaron a estudiar este tipo de energía en 2011. En un primer momento investigaron si era posible extraer energía del oleaje en la costa uruguaya. Luego evaluaron los diferentes desarrollos de todo el mundo, y ahora están iniciando la tercera parte del proyecto que consiste en probar qué tecnología se adapta mejor a las características de la costa. Para eso probarán un tipo de generador a escala en el Canal de Pruebas Navales y Marítimas de la Facultad de Ingeniería.