Los tiempos cambian y los roles femeninos se transforman y adaptan al devenir de cada época. Si en los ’50 o ’60 se suponía que las mujeres se sentían realizadas simplemente por dedicarse de manera exclusiva al cuidado de su familia y las tareas domésticas, hoy la realidad muestra que una mujer realizada es aquella que logra el equilibrio entre su rol de madre y su vida laboral, algo que, sin embargo, no siempre es fácil de conseguir.
En un mercado laboral eminentemente masculino, en el que solo el 10% de los trabajadores en puestos directivos son mujeres, Facebook y Apple buscan “incentivar el desarrollo de sus trabajadoras que quieren conciliar su carrera profesional con el deseo de ser madres”. Para esto Facebook ya cubre económicamente la congelación de óvulos de sus talentos femeninos, y Apple lo realizará a partir de 2015.
La medida que permite “congelar” la fertilidad de sus empleadas ya genera polémica entre quienes sostienen que es un beneficio para el desarrollo profesional de las mujeres y quienes creen que muestra una incapacidad de las empresas para incluir la crianza de los chicos en sus estrategias.
Se abre un debate acerca de cómo estas empresas deberían reportar dentro de sus memorias de sostenibilidad una acción de recursos humanos que pretende modificar la planificación de vida familiar en función del trabajo. Debería repensarse cómo evaluar la calidad de las prestaciones sociales por ejemplo en términos de protección de la maternidad, tal como lo requiere el indicador G4-LA3 de la Global Reporting Initiative.