El avión Solar Impulse II despegó el lunes del aeropuerto de Al Bateen, en la capital de los Emiratos Árabes Unidos, para hacer historia dando la vuelta al mundo sin combustible, propulsado únicamente por la energía solar.
Con las luces del amanecer, el piloto suizo André Borschberg tomó los mandos del prototipo, el segundo de su generación, y despegó del suelo, silenciosamente, rumbo a la meta de su primera travesía, Mascate, capital del sultanato de Omán, donde aterrizó luego de 12 horas de vuelo.
Junto al piloto, también toma parte en esta aventura Bertrand Piccard, con quien Borschberg se turnará el mando de la nave.
Dos centenares de personas se trasladaron hasta el lugar para ser testigos del comienzo de esta “aventura solar”, que pretende marcar un hito: recorrer 35.000 kilómetros sin emplear una sola gota de combustible sólido.
La aventura
Este periplo, que se prolongará durante cinco meses, incluye dos etapas de cinco o seis días, en las que Borschberg y Piccard, fundadores del proyecto Solar Impulse, intentarán cruzar los océanos Atlántico y Pacífico.
Con su aventura, pretenden crear conciencia entre la gente sobre el uso de “tecnologías limpias y eficientes” y sus ventajas frente a los contaminantes combustibles tradicionales. La nave en la que surcarán los cielos oceánicos soportará temperaturas de 40 y -40 grados Celsius.
El avión cuenta con unas enormes alas de 72 metros de envergadura –mayores a las de un Boeing 747 Jumbo–, aunque su peso ronda los 2.300 kilos.
Está cubierto de una fina capa de fibra de carbono que alberga 17.248 células solares, las que le dan una autonomía de hasta cinco noches y cinco días.
La cabina tiene un volumen de 3,8 metros cuadrados, suficientes para almacenar el oxígeno, la comida, el agua, el paracaídas y el resto del equipo necesario para el piloto, y posee un asiento ergonómico que se reclina, de modo que su ocupante pueda sentarse, estirarse y hasta hacer ejercicio.
Este es el segundo prototipo de ese “sueño”. El primero, más leve y menos potente, realizó su primer vuelo en el 2010 y logró, entre otros, viajar 26 horas seguidas, y cruzar Estados Unidos de costa a costa en cinco etapas.
El avión, que avanzará a una velocidad media de entre 50 y 100 kilómetros por hora, incluye la novedad de que es completamente hermético, por lo que podrá volar sin problemas bajo la lluvia.
De día, el prototipo avanzará a una altitud de 8.500 metros, y de noche, para ahorrar energía, descenderán hasta los 1.500 metros.
El Solar Impulse II dejará atrás Oriente Medio para volar hacia los horizontes de India, Birmania y China. Posteriormente, los pilotos sobrevolarán el océano Pacífico hasta la isla estadounidense de Hawái y, ya en territorio norteamericano, se detendrán en Arizona y en Nueva York para, más tarde, adentrarse en el Atlántico.
El recorrido, que puede seguirse online en http://www.solarimpulse.com/sitv, incluye una parada más en el sur de Europa o en el norte de África, y la vuelta al mundo se concluirá en el aeropuerto emiratí de Al Bateen, en julio o agosto.
Fuente: EFE y Solar Impulse