VALOR, RSE+Competitividad, la iniciativa impulsada por la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), con el patrocinio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN), organizó la Segunda Jornada Internacional de Responsabilidad Social Empresaria (RSE) bajo el lema “Tendencias e integración de la cadena de valor”. El evento se llevó a cabo el martes en AMIA, con más de 270 personas presentes, interesadas en temas de sustentabilidad.
Frente al auditorio, se destacó la necesidad de monitorear, diagnosticar y profundizar la gestión sustentable de la cadena de valor de las empresas, desde un modelo que integre la ética, el gobierno corporativo, los DDHH, la transparencia y el consumo responsable, como aspectos claves para el desarrollo sustentable y la construcción de una economía que genere valor económico a la par de valor social.
La apertura del evento estuvo a cargo de Mario Sobol, Secretario General de AMIA, que cedió el espacio a un panel formado por Andrea Pradilla, directora punto focal de Global Reporting Iniciative – GRI, en Hispanoamérica; Luis Trama, director de relaciones internacionales y cooperación del IRAM; Flavio Fuertes, coordinador de la Red Pacto Global Argentina; Dante Pesce González, representante de Latinoamérica ante el Grupo de Trabajo de Derechos Humanos y Empresa de las Naciones Unidas; y moderado por Gabriel Berger, director de la Escuela de Economía y Negocios de UDESA; quienes dialogaron sobre las tendencias globales de sustentabilidad con foco en la cadena de valor.
[pullquote position=”left” hidden=”true”]Las sociedades deben transitar el camino del diálogo hacia una triple concertación, en la que gobiernos, empresas y una sociedad civil informada y empoderada, discutan planes nacionales de acción en materia de Responsabilidad Social y DDHH.[/pullquote]Los panelistas destacaron la importancia de la confluencia de los estándares globales: Global Reporting Iniciative – GRI, en su versión G4, Reportes Integrados, ISO 26000, Directrices de la OCDE para empresas multinacionales, Pacto Global de Naciones Unidas, Líneas Directrices de Empresas y Derechos Humanos y de la rendición de cuentas y la transparencia con respecto a la cadena de valor; la necesidad de utilizar instrumentos para medirla, lo cual permite identificar y administrar riesgos, así como también aprovechar oportunidades y construir, de manera sinérgica, alianzas entre las partes que permitan mejorar en términos de competitividad y sustentabilidad.
Asimismo, resaltaron el concepto de “remediación”, vinculado a los mecanismos judiciales y extra judiciales para reparar fallas en la gestión de la empresa y su cadena de suministro, fundamentalmente, en lo que hace a la vulneración de los DDHH. Sin embargo, coincidieron en que las empresas adopten un enfoque preventivo, para evitar posibles impactos negativos y, en este sentido, un aspecto clave es la gestión de su cadena de suministro.
Además, señalaron que, actualmente, a nivel global, existe una convergencia conceptual importante con el foco puesto en los principios rectores de los DDHH, las empresas, la cadena de valor y la “debida diligencia”; lo que fue votado unánimemente en Naciones Unidas.
Como desafío, indicaron que las sociedades deben transitar el camino del diálogo hacia una triple concertación, en la que gobiernos, empresas y una sociedad civil informada y empoderada, discutan planes nacionales de acción en materia de Responsabilidad Social y DDHH.
Directivos de grandes empresas también tuvieron su participación destacada en el siguiente panel, denominado “Sistemas de gestión, monitoreo y auditoría de proveedores”, moderado por Fernando Passarelli, coordinador de VALOR.
En esa instancia Nuria Roset, jefa de RSE del Grupo Fallabella; Ignacio García Thieme, gerente de servicios de compras compartidas de Novartis, Esteban Roni, gerente de desarrollo de proveedores del Grupo Telecom, explicaron las experiencias en sus respectivas empresas, los sistemas de monitoreo que utilizan para incorporar nuevos proveedores, relevar sus características y desempeños, segmentarlos según su condición estratégica o crítica, y trazar acciones de mejoras conjuntas. Los directivos destacaron la importancia de que los proveedores alcancen ciertos estándares de calidad que necesitan las grandes empresas para operar, atributos que también les permiten a dichos proveedores diversificar sus clientes.
[pullquote position=”left” hidden=”true”]”Cada vez es más claro que la sustentabilidad no es un gasto, sino una inversión, y que ser sustentable es un buen negocio.”[/pullquote]En el panel también estuvo presente Juan Andrés Cano, CEO de Value4Chain, organización dedicada a la gestión de la sostenibilidad en las empresas mediante la implementación de herramientas tecnológicas innovadoras. Cano explicó el sistema de monitoreo de la cadena de valor que desarrolló Value4Chain, que permite identificar brechas y oportunidades en la gestión en temas de ética, cumplimiento, derechos humanos, gobierno corporativo, generación de valor social y ambiental, entre otros.
En el cierre de la jornada, Karina Yarochevsky, subsecretaria de responsabilidad social en el Ministerio de Desarrollo Social, explicó el trabajo que están realizando desde la subsecretaría, desde un concepto amplio de responsabilidad social, con fuerte hincapié en negocios inclusivos, medio ambiente y compras públicas sustentables.
“La jornada permitió relevar el estado de la cuestión y reflexionar sobre la importancia de generar valor compartido. Cada vez es más claro que la sustentabilidad no es un gasto, sino una inversión, y que ser sustentable es un buen negocio. Se está convirtiendo en una cuestión prioritaria, no sólo en la agenda de las empresas sino también de los países.”, concluyó Passarelli.
El cierre del evento estuvo a cargo de Daniel Pomerantz, director ejecutivo de AMIA.