Las personas estamos conectadas absolutamente todo el día. La interacción con “el mundo digital” ya nos es natural desde que nacemos. Por eso, agencias, productoras, empresas y organizaciones tienen un nuevo desafío: ¿cómo llamar la atención de las personas ante tantos estímulos?
Muchos encontraron la respuesta en la tecnología. Hoy es normal encontramos programadores e ingenieros trabajando en una idea de comunicación. No sólo es normal, también es necesario. La tecnología abre nuevas formas de comunicarnos y relacionarnos con las personas. Una buena idea puede transformarse en genial si utiliza la tecnología de manera creativa.
Un buen ejemplo es The Social Swipe de Miseror.
El objetivo: captar nuevos donantes.
La idea: un cartel con una pantalla dividida por una ranura que permite que las personas donen dos euros pasando la tarjeta de crédito. Luego, una animación muestra lo que puede significar su ayuda. La sorpresa constituye un factor clave a la hora de generar impacto.
https://www.youtube.com/watch?v=ZcqsRhMHo8o
Pero el uso de la tecnología puede ir aún más allá. Lo que comienza siendo un trabajo de marketing, termina convirtiéndose en una herramienta de gran utilidad. Un caso resonante por sus resultados es el de Sweetie de Terre Des Hommes Netherlands.
El objetivo: advertir a la sociedad sobre los pedófilos en internet.
La idea: una niña virtual que ayudó a capturar a 1000 pedófilos en dos meses y puso el tema en boca de todos. Superó los objetivos planteados, demostrando que aplicar la tecnología de una manera creativa puede maximizar los resultados.
Sin embargo, hay que evitar el uso de la nueva tecnología porque “está de moda”. Ya se usaron códigos QR imposibles de escanear o se desarrollaron mappings sin sentido. Por eso, es importante hacer un buen uso de las nuevas tecnologías, es decir, ponerlas en función de los objetivos finales del proyecto.