Una de cada ocho personas en el mundo sufre hambre crónica, lo que significa que 842 millones de individuos no comen habitualmente lo suficiente para llevar una vida activa. La desnutrición crónica afecta a 165 millones de niños en el mundo, según datos de Acción contra el Hambre.
En Argentina, el 12% de los hogares de los principales centros urbanos del país sufrieron inseguridad alimentaria durante 2013, según el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA).
Anualmente se producen 4.000 millones de toneladas de alimentos en el mundo, de las cuales solo la mitad llega a consumirse. Con el volumen desperdiciado se podría paliar el hambre de casi la mitad de la población que la sufre. En Argentina el 25% de la basura corresponde a residuos alimentarios que podrían utilizarse. Además, el país produce alimentos suficientes para dar de comer a 10 veces su población.
La formación del sistema nervioso central en los seres humanos está determinada en los primeros dos años de vida. Si durante ese período el niño no recibe la alimentación y estimulación necesarias, se verá afectado el desarrollo cerebral y, por lo tanto, la capacidad de aprendizaje.
Por tal motivo, Nuria Salse, especialista en nutrición de Médicos Sin Fronteras, afirma que “la nutrición debe estar en el corazón de los planes de desarrollo de un país. Es la hipoteca de futuro de un pueblo. Es de vital importancia hacer hincapié en los niños que van desde los seis meses hasta los dos años de vida. El círculo que conforma la desnutrición, acarrea defensas bajas y niños más proclives a contraer enfermedades, como la malaria, que los llevan nuevamente a su punto de partida, la desnutrición”.
Por primera vez en la historia, la humanidad cuenta con recursos suficientes para alimentar a todos, pero el problema del hambre no radica en la falta de alimentos sino en la dificultad de acceso a estos por parte de los sectores más pobres de la población. Es decir, es un problema de distribución.
Los Bancos de Alimentos
Los Bancos de Alimentos están presentes en todo el mundo para ayudar a quienes sufren hambre. Este modelo de gestión nació en Estados Unidos en la década del ’60 como vínculo entre las empresas productoras y de comercialización de alimentos y las personas que necesitaban alimentos. John Van Hengel fundó el primer Banco de Alimentos, en Phoenix, Arizona, en 1967.
En Argentina, la Fundación Banco de Alimentos es parte de la Red Global de Bancos de Alimentos, Global Food Banking Network, con sede en Estados Unidos, y es miembro de la Red Argentina de Bancos de Alimentos, una asociación civil sin fines de lucro integrada por 17 organizaciones en todo el país, desarrollada para potenciar el trabajo conjunto y fortalecer las herramientas que cada uno posee con el objetivo de reducir el hambre y mejorar las situación nutricional en Argentina.
La Fundación Banco de Alimentos se constituye como un puente entre los que sufren hambre y aquellos que desean colaborar a través de un canal transparente y eficiente que garantice que las donaciones llegarán a quienes más lo necesiten. Para esto reciben alimentos que salieron del circuito comercial y están perfectamente aptos para ser consumidos, por parte de empresas, productores agropecuarios y supermercados.
De esta manera, según lo señalado por el Reporte 2013 de la organización, colabora con la alimentación de 93.738 personas por día, de las cuales el 80% son niños y adolescentes. Llegan a ellas a través de 675 organizaciones ubicadas en la Ciudad de Buenos Aires y 24 partidos del Gran Buenos Aires.
DAR: Donar, Almacenar y Repartir
El circuito comienza cuando el área de Donantes de Alimentos de la Fundación se contacta con empresas productoras o comercializadoras de alimentos para que donen, principalmente, los productos que han salido del circuito comercial por diferentes motivos (excedente de producción, errores de envasado, poco éxito en el mercado o por fecha de vencimiento corta, ente otros) que aún se puedan consumir. Además, hay otras instancias de recepción de alimentos como la “Colecta Anual de Alimentos” que realiza la institución.
Reciben alimentos tanto perecederos como no perecederos, ya que cuenta con un depósito de 2.340 metros cuadrados con cuatro cámaras de frío para productos refrigerados y congelados, donde se los clasifica y almacena, en la segunda etapa del circuito. En los depósitos de la Fundación trabajan una gran cantidad de voluntarios, clasificados en cuatro grupos. 1.413 voluntarios individuales participan tanto de la clasificación de alimentos como de la organización de eventos, la realización de visitas de seguimiento, el dictado de talleres y la vinculación con organizaciones. 1.810 alumnos de secundaria provenientes de 33 instituciones clasifican alimentos o realizan prácticas laborales. 1.760 voluntarios corporativos, directivos y empleados, y 432 personas a través de 22 ONG colaboran en la clasificación de alimentos en el depósito.
Los alimentos llegan a quienes más lo necesitan a través de diferentes organizaciones comunitarias (comedores, hogares de ancianos, apoyos escolares y centros de rehabilitación), todas instituciones con aval jurídico, que mantengan las condiciones sanitarias adecuadas y que den de comer en el lugar. Se las contacta para ofrecerles los alimentos almacenados, acordar la cantidad, el día y el horario en que los pasan a buscar el por el depósito. De esta manera finaliza el circuito que une empresas con personas que requieren asistencia alimentaria.
Existen distintas maneras de ayuda a la Fundación Banco de Alimentos para que continúe creciendo y alimentando cada año a más personas: a través de la donación de alimentos, de la donación de dinero, o de la donación de tiempo como voluntario. Este año la Colecta Nacional de Alimentos se realizará el sábado 4 de octubre y se necesita gran cantidad de voluntarios para la recolección de los alimentos donados. Para inscribirse hay que enviar un email a rrhh@bancodealimentos.org.ar.
XIV Cena Anual
El pasado 7 de agosto se llevó a cabo la XIV Cena Anual de recaudación de fondos en La Rural bajo el lema “El hambre, un problema compartido”. En el evento conducido por Andrea Frigerio participaron más de 700 personas que ayudaron a superar el objetivo de recaudación.
Durante el la cena Tomás Klepetar, presidente de la Fundación, señaló que la organización necesita seguir creciendo para poder colaborar con más personas día a día; y Mamerto Menapace, el monje y escritor, estableció un paralelismo entre el corazón humano y Fundación: “el corazón es un músculo vital que bombea muchísima sangre al resto del cuerpo, sin embargo nada de la sangre que bombea le sirve para alimentarse. Para sobrevivir depende de la glucosa y del oxígeno que las coronarias le envían. De la misma manera la Fundación necesita de voluntarios y colaboraciones. Esas pequeñas coronarias impulsan voluntades, nutren a la institución y ayudan a que los alimentos lleguen a quienes más lo necesitan para seguir alimentando el futuro”.
Nancy Beatriz Davies Holaaa a Mis Amigos amigas .hoy visite al vecino del lado Sur de Ituzaingo. Se
GRATIS — Ituzaingó
Nancy Beatriz Davies
Holaaa a Mis Amigos amigas .hoy visite al vecino del lado Sur de Ituzaingo. Señor Francisco Linares.necesita en carácter de urgencia Alimentos. Jugos .lácteos galletitas sin sal remedio. Sobretodo este para evitar otro posible ACV.Nimodilat plus.también un teléfono para poner en su cuarto
Un tuvo fluorente el más chico.y arrancadores en lo posible que sea un electricista.datos de su teléfono para colaborar me lo piden por privado .Muchas gracias y también solicita ropa para el.
Cel 11-6811-4356 francisco
—en Ituzaingo Sur.
Hola nancy me pasarias tu numero de contacto para ayudar por favor. Me interesa. O tu direccion para poder acercarme. Gracias