La Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires presentó, el pasado viernes 24 de octubre, el Programa Sociales Sustentable, que promueve, en su primera etapa, la separación de residuos en origen.
La iniciativa, que tuvo su germen en 2011 con el reconocimiento de la unidad académica como generador de Residuos Sólidos Urbanos (RSU), comenzó a funcionar con la instalación de cestos específicos para papel y cartón, plástico y residuos orgánicos en la sede ubicada en el barrio porteño de Constitución.
En 2013, la Resolución N° 6525 del Consejo Superior de la UBA definió a esta casa de estudios como gran generador de RSU y lanzó, desde la Secretaria de Extensión Universitaria y Bienestar estudiantil, la Comisión UBA Verde, un Comité Asesor integrado por representantes de todas las unidades académicas, con el objetivo de impulsar en cada una de ellas la implementación de un plan de separación de residuos articulado con la cooperativa de recicladores urbanos de su zona.
El impacto de esta medida es significativo considerando que el total de estudiantes, docentes y personal no docente de la Universidad de Buenos Aires es equivalente al 10% de la población de la Ciudad de Buenos Aires. En este contexto, las licenciadas en Ciencias de la Comunicación Ximena Tobi, Daniela Bruno y Constanza Lupi redactaron un proyecto que apuntaba a sensibilizar a la comunidad académica acerca de la separación de residuos en la Facultad de Ciencias Sociales (cuya población es de alrededor de 25 mil personas) y de impulsar su institucionalización.
[pullquote position=”left” hidden=”true”]El total de estudiantes, docentes y personal no docente de la Universidad de Buenos Aires es equivalente al 10% de la población de la Ciudad de Buenos Aires.[/pullquote]El proyecto, que contempló la identificación de las zonas de tránsito y permanencia del edificio, la presencia de cestos de basura y los hábitos de descarte de la población, supuso la realización de una encuesta que arrojó dos datos fundamentales: que la mayoría de la gente que no separa los residuos no lo hace por olvido y que la mayor parte de la gente que separa lo hace por su cuenta, sin inscribirse en ningún plan institucional barrial. A partir de la encuesta, que permitió que el tema alcanzara mayor visibilidad, se comenzó a trabajar en conjunto con las autoridades de la facultad y con la Cooperativa Cartonera del Sur (que ya recogía residuos del establecimiento de manera limitada) con el objetivo de que se incremente significativamente la cantidad de material entregado.
La articulación de este tipo de programas con cooperativas de recuperadores urbanos supone, además del beneficio ambiental, un efecto de inclusión social al generar puestos de trabajo previstos y regulados por la Ley 992/02, conocida como “Ley de Cartoneros”.
De esta manera, la iniciativa, que forma parte de una política orientada a mejorar las condiciones de hábitat de la facultad, también se conjuga con la necesidad de impulsar un cambio cultural y de resignificar la relación con el ambiente y la ciudad.