El proyecto premiado en la última edición del Congreso Internacional Solar Cities, desarrollado en el Centro Metropolitano de Diseño (CMD) de Buenos Aires, busca “revivir” cursos de agua contaminados al mismo tiempo que delimita las áreas navegables. El modelo propuesto consiste en una boya flotante equipada con un panel fotovoltaico que alimenta tres bombas sumergidas que oxigenan el agua mediante circulación y aspersión (rociado). El proceso rompe la película impermeable acuosa y aumenta la superficie de contacto con el aire.
Sebastián Zanetti, un estudiante avanzado de arquitectura en la UBA, planteó el diseño de la boya oxigenadora, a la que llamó “Agua Viva”, sobre la cuenca bonaerense Matanza-Riachuelo, considerada en 2013 uno de los diez sitios más contaminados del mundo según el Instituto Blacksmith y la Cruz Verde Suiza. Sin embargo, el proyecto es adaptable a cualquier sistema natural o artificial que lo requiera.
El estudiante se reunió con funcionarios y técnicos de la Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad de Buenos Aires para evaluar la factibilidad de que el proyecto se desarrolle tal como fue ideado.